jueves, 11 de marzo de 2010

Historia de una sirena


En el año 558 de nuestra era se capturó en Belfasi Lough (Irlanda del Norte) una sirena, cuya vida había sido insólita. Trescientos años antes fue una muchachita llamada Liban que con toda su familia desapareció bajo las aguas en una inundación. Al cabo de un año de vida en un lago quedó convertida en sirena.

Un día que cantaba bajo las ondas se dio a conocer. La oyeron casuasmente un grupo de pescadores que se adentraron a remo en el interior del lago y la prendieron en su roca. Le dieron el nombre de Murgen, que significa «nacida en el mar» y la colocaron en una enorme pecera para que todo el mundo pudiese contemplarla. Se la bautizó y desde el día de su muerte todos la llamaron «Santa Murgen» y le agradecían infinidad de milagros.

En 1403 otra sirena se debatía en un bajo fondo cerca Lic Édam, al oeste de Frisia. Según un relato del siglo XVII, acudieron en su ayuda las mujeres del lugar que «la limpiaron quitándole el musgo marino que tenía adherido», jamás pudo aprender a hablar, pero vivió aún 15 años y a su muerte recibió cristiana sepultura en el cementerio de la villa.

En la isla sagrada de Iona, frente a las costas de Escocia, vivía un santo muy conocido a quien visitaba diariamente una hermosa sirena. Estaba enamorada de él y quería conseguir a toda costa el alma de que carecen las sirenas.

El santo le dijo que para obtener un alma tenía que renunciar al mar. Aquello era imposible, por lo que, desesperada la sirena, se marchó para no volver jamás. Pero sus lágrimas quedaron allí y son hoy los verdes y. bellos guijarros que sólo existen en aquella isla.

Las sirenas aparecen en las más remotas leyendas de algunas de las culturas más antiguas. Los filisteos y los babilonios de la Biblia adoraban a dioses con cola de pez.

También aparecen sirenas en las monedas fenicias y corintias. Se dice que Alejandro Magno tuvo aventuras amorosas con bellísimas sirenas, cuando exploraba el fondo de los mares en un globo de cristal. El escritor latino Plinio cuenta que un capitán de César Augusto vio en una playa de las Galias muchas sirenas arrojadas por el mar, muertas sobre la arena.

Los relatos sobre sirenas, de tradición popular, son con frecuencia patéticos. Las infelices sirenas viven solitarias y en determinadas noches adoptan figura humana para acudir a los festejos del pueblo. A veces un desaprensivo logra apoderarse de su tocado o ceñidor encantados con funestas consecuencias.

Sus matrimonios con hombres pocas veces resultan felices. No obstante, en Inglaterra algunas gentes de la costa, especialmente del noroeste de Escocia y de Cornualles, se gloriaban de tener sirenas entre sus antepasados.

En Francia, durante la Edad Media, hubo familias distinguidas que «retocaron» sus árboles genealógicos para alegar que descendían de la sirena Melusina, esposa de Raymond, pariente del conde de Poitiers.

Pero también estos amores tuvieron un fin trágico. Una de las estipulaciones matrimoniales especificaba que Raymond había de separarse de Muselina los sábados. Durante varios años vivieron felices hasta que Raymond, impulsado por las murmuraciones, espió cierto sábado a su mujer por el ojo de la cerradura cuando tomaba su baño.

Melusina se hallaba en el agua y lucía una imponente cola de pez. Al verse descubierta, gritó desesperada y huyó por las celosías. Raymond jamás la volvió a ver, a pesar de que volvía cada noche para dar de mamar a sus hijos. Las nodrizas veían su figura resplandeciente con una cola escamosa azul y blanca, que se cernía sobre las cunas.

Algunos marineros procedentes de tierras y mares lejanos, afirmaban con frecuencia haber visto sirenas y “esposas del mar”. En 1717 se publicó en Amsterdam una obra con abundantes ilustraciones sobre la vida marina en los mares indostánicos. En ella se describe con detalle a una “esposa del mar”, Dice así: «Esposa marina: monstruo parecido a una sirena, capturado cerca de la isla de Borneo, en el departamento de Ambione. Medía 1,49 metros de longitud. Vivió cuatro días y siete horas en un recipiente con agua. De vez en cuando lanzaba pequeños chillidos parecidos a los de un ratón. Se negó a comer aun cuando se le dieron pececillos, caracoles, cangrejos, langostas, etc.»

Dicha criatura tenía cabello color de alga, piel olivácea y membranas del mismo color entre los dedos. Ceñía el talle con fina franja de pelo anaranjado y bordes azules. Tenía aletas verdes y rostro gris. Una delicada crin de cabellos rosados corría a lo largo de su cola.

En el siglo XIV, cierto africano logró salar su vida simulando tener naturaleza de sirena. Fue el rey Chen, cacique de Benín (hoy parte de Nigeria), que quedó paralítico.

Según la costumbre de su tribu, los reyes que envejecían y enfermaban eran sentenciados a muerte. Pero el astuto monarca declaró ser la reencarnación de una divinidad de los mares y tener las extremidades del amia, o pez del fango. Con tal excusa no se veía obligado a andar y ocultaba sus piernas. Museo Británico de Londres, una estatua le representa de este modo.

Quizás el más pingüe de los negocios, basado en el mito de las sirenas, fue realizado hacia 1830 por un taxidermista de Londres. Disecó una piel horrible que afirmaba haber pertenecido a un ser mitad pez mitad persona. Fue expuesta en un local de Londres y vendida a dos italianos por 10.000 libras esterlinas. Un naturalista de entonces declaró que se trataba de las pieles cosidas de un mono y de un pez.

Esta mezcla de mono y pez fue también la base de un tráfico floreciente de sirenas con que algunos pescadores japoneses se lucraron en el siglo pasado. A Europa llegaban numerosos ejemplares para ser exhibidos en circos y ferias.

La leyenda de las sirenas se remonta seguramente hasta las civilizaciones primitivas, con sus dioses de cola escamosa. Pero su fundamento parece estar en algunos animales marinos de cierta apariencia humana, que exaltaron la imaginación de los antiguos.

El dugong y el manatí, mamíferos marinos tropicales, emergen de las aguas cuando amamantan a sus crías. Ello evoca fácilmente el tema de la sirena que alimenta a su hijo.

Él león marino, que vivé en zonas más frías, gusta de tomar el sol sobre las rocas, mientras lanza extraños chillidos.

Credulidad, imaginación, falsa apreciación... sea cual fuere su origen, el mito de lo sirena quizá no haya muerto. En 1961 la oficina de turismo de Manx (Gran Bretaña) ofreció un premio a quien trajera del mar una sirena por supuesto, viva y coleando.

Manu Torres

LA HIJA DEL MWAMI


Esta historia tuvo lugar hace mucho tiempo, un pueblo de Mitotobo , en le bosque de Urega.

Cada ciertos años, el pueblo debía elegir 10 muchachas de entre las más hermosas. Todas ellas recorrían los pueblos de los alrededores y aquella que tuviera la dentadura más perfecta era considerada como la más hermosa de todas. Entonces, se le daban regalos y era la reina de la belleza. Muchos jóvenes del pueblo creían que Wabima, la hija del Mwami principal (médico, hechicero) sería quien se llevaría los regalos pues acaso ¿ no era Wabima la que tenía los dientes mas bellos?. Todos estaban seguros de que ella ganaría el concurso. El día señalado para el concurso, Wabima salió muy temprano de casa y fue a otra aldea, a casa de una anciana que tenía fama de ser muy buena talladora de dietes. Cuando la mujer acabó el trabajo , Wabima quedó muy satisfecha de cómo le había tallado los dientes, pero la mujer le recomendó que no sonriera antes del concurso, que sólo lo hiciera delante de todo el pueblo.Antiguamente, en este pueblo las mujeres se limaban los dientes para hacerlos más hermosos según se entendía en alquel tiempo la belleza. Después de mucho esperar, la sirena no fue vista por lo que volvieron fracasados al pueblo. La gente comenzó a decir que Myango estaba loco, que no había visto nada y se convirtió en el hazmereir de todo el pueblo. Incluso su esposa se reía de él y acabó por abandonarle. Pero Myango no desistió, y todas las mañanas iba al estanque para ver si lograba encontrar a la sirena. Por fín, una mañana vió como la sirena saltaba dl agua y corrió a la aldea en busca de pescadores que pudieran con sus redes atraparla. Cuando volvieron a la aldea con la sirena, que no era otra sino Wabima, ésta contó toda la historia y las nueve muchachas fueron condenadas a muerte como castigo. A Zelitama le acusaron de brujería y la quemaron y a las otras les colgaron de árboles del bosque que rodeaba la aldea. Cosas así eran la ley en aquellos antiguos tiempos.Myango se casó con Wabima, la de los hermosos dientes tallados y más tarde fue nombrado Jefe de la aldea.

miércoles, 10 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

Las sirenas verdadera o mentiras


Por del imaginario colectivo, y por aquello de las leyendas miticas, queremos creer que las sirenas existen o han existido en realidad, pero por desgracia creo que este tema tendrá que seguir formando parte de esos sueños perpetuos de la humanidad. Todos hemos he imaginado alguna vez a esas, sirenas intentando engañar con sus cantos a los argonautas de la Odisea y como no, puestos a imaginar, el cine y la mitología se han encargado de que en esos sueños las sirenas sean unos seres de una belleza descomunal.Salvan a los desvalidos marineros en el último momento para depositarlos con suavidad en las arenas de alguna playa desierta. Poco o casi nada conocemos las profundidades marinas , muchas ecpecies quedaban por descubrir y a la mayoria de elas posiblemente nos sorprendan por su morfoligia y sus caracteristicas, pero dudo mucho que aprezca una bella ariel en la redes de algun pesquero.En general esots alimanitos de las prfundidades se pueden calificar de de muchos modos , menos de bellezas descomunales. No se sabe muy bien cuando comenzo el mitos de las sirenas ni porque, quizas en aquellos siglos en lso que el miedo al mar y las leyendas, se propagaban en los mesones ayudadas por las pintas de cerveza negra entre rudos marineros,que no dudaban en aseguras averlas visto allende los mares transformando sus paupérrimas travesías en grandes aventuras, quizás para emular aquellos aquellos fantasticos viajaes d elos cuentos epicos griegos.Loa marineros de Colon aseguraban ver sirenas allí donde solo había Manaties y el bestiario nórdico europeo hacía lo mismo con morsas y mantas marinas.Hoy en día, la red y la propagación de ciertas obras de artistas plásticos, no ayudan a eliminar el mito si no todo lo contrario. En cientos de sitios se pueden encontrar las imágenes de estos artistas asegurando rotundamente que son el descubrimiento del siglo y que claro, si las sirenas existen, también deben de existir los tritones y las hadas y toda la familia de seres mitológicos. Pero la realidad es mucho más cruda que todo esto, y quizás empujada por nuestro empeño nos regala una enfermedad, la sironomelia, para mostrarnos con total crueldad como son las sirenas de verdad.

miércoles, 3 de marzo de 2010

imagenes de sirenas







historia de sirena



Cuando el mar enfurece junto la tormenta, cuando en noches de tormenta las nubes tapan la luna haciendo reinar la oscuridad; esas noches en las que sólo se oye gritar a las olas, llorar a la lluvia, rugir al cielo y silbar al mar; esas noches salíamos nosotras, las sirenas reinas del mar.Una noche, un marinero tenaz luchaba por sacar su barco de un destino del que ya no podía escapar. Una vez hundido el barco, ahogados sus compañeros y con mis hermanas ya ocupadas en su botín le vi, miraba hacia mi. Había bajado la guardia y la luna, traicionera, me había delatado al escapar de las nubes. Me zambullí rápido, quise esconderme y me siguió hasta que no pudo más. Por salvarlo, sabiendo que no debía hacerlo, condené mi existencia: le regalé el aire de mis pulmones, ese aire que nos hacía parecer de torso para arriba humanas. Me di la vuelta y lo vi hundiéndose y mirándome, se veía paz en sus ojos. No debía haberlo hecho y lo hice. Mis pulmones me abandonaron, tuve que salir del agua usando mis branquias. No funcionaban bien, jamás las había usado. Lo dejé en el puerto… Y aquel día, aquella noche, me volví pez y me acerqué al agua. Y aquel día, aquella noche, en el agua, morí siendo pez.

martes, 2 de marzo de 2010

sirenas


Las sirenas han sido personajes famosos de la mitologia por ser mujeres hermosas que seducen a los hombres con sus hermosas voces para guiarlos a la perdicion.Las sirenas vivían en la isla de Artemisa, donde descansaban los restos de los marineros que habían sido atraídos por sus cantos, los cuales anunciaban engañosamente los placeres del mundo subterráneo.La transformación que sufren las sirenas se debe a un enfrentamiento con las musas. Durante una competición de canto, las musas desplumaron a las sirenas y éstas, humilladas, se lanzaron al mar para quitarse la vida.Después de la caída del Imperio Romano, las sirenas empiezan a adoptar la forma actual de mujer con cola de pez. Agunos marineros procedentes de tierras y mares lejanos, afirmaban con frecuencia haber visto sirenas y “esposas del.